Alejandro Alvarado Carreño
Tradición gráfica: La ruta de la estampa
Homenaje al maestro Alejandro Alvarado.
6 de noviembre al 4 de diciembre de 2009
La ruta de la estampa
De rica tradición, la gráfica o estampa mexicana cuenta con antecedentes tan remotos como los sellos prehispánicos de cerámica, madera o hueso impresos en códices, como ornamentos en cerámica o pintados en el cuerpo indígena; luego con la llegada de los españoles y el establecimiento de la primera imprenta en el Nuevo Mundo con Juan Pablos en el año 1539, seguida de los primeros impresores mexicanos que trajeron una iconografía no menos rica, que poco a poco se combinó con la imaginería autóctona para dar como resultado, por una parte un mosaico de raigambre popular, sobre todo de carácter religioso y, por otra, la estampa de tipo académico con la llegada de los primeros grabadores que vinieron con Don Gerónimo Antonio Gil para la primera Escuela de Grabado en América que devino años después en la fundación de la Academia de San Carlos en 1783, en el reinado de CarlosIII.
Durante los siglos venideros se dio de manera intensa la producción de estampas de todo tipo con fines de entretenimiento, de carácter religioso, social, político y por supuesto artístico con grabadores de la talla de Manuel Manilla, José Guadalupe Posada o Constantino Escalante por citar los más populares, y con ello se asentaron los fundamentos de nuestra identidad como mexicanos y donde la estampa jugó un papel de gran importancia como mensaje político durante un prolífico periodo con el Taller de Gráfica Popular en los años cuarenta por mencionar el movimiento más conocido del siglo pasado, fundamental para el desarrollo de las luchas obreras en nuestro país.
Tratemos de seguir en esta exposición esa ruta gráfica, desde dos puntos de vista: a partir de su contexto histórico social y desde los procesos y técnicas de impresión que subyacen en el grabado, desde el dibujo preparatorio, que pasa a la matriz de madera, piedra, metal u otros materiales para convertirse en el vehículo que luego será transferido, impreso o estampado mediante un tórculo, prensa de tipos o prensa litográfica o incluso de forma manual en el soporte, usualmente papel, y que luego cumplirá funciones sociales de todo tipo: religiosas, políticas, decorativas, estéticas, asequibles por su carácter multirreproducible a un gran número de público siempre ávido del consumo de imágenes.
Gonzalo Becerrra
TINTA y PAPEL, MADERA, PIEDRA Y METAL
El taller de Alejandro Alvarado Carreño
Con esta exposición en la Unidad Xochimilco, La Universidad Autónoma Metropolitana celebra simultáneamente suXXXVaniversario y los 50 años del maestro Alejandro Alvarado Carreño como profesor, formador de muy reconocidos profesionales, investigador, coleccionista y promotor cultural, cuyas actividades han sido centradas en la práctica y emergentes de su propio taller de gráfica. El maestro Alvarado es heredero de la gran aportación que hiciera a la gráfica mexicana su padre, Carlos Alvarado Lang, y es creador de una importantísima obra independiente, de gran poder estético y artísticamente innovadora.
El maestro Alvarado Carreño, es profesor de tiempo completo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el posgrado en Artes Visuales en la antigua Academia de San Carlos. Por ello, esta prestigiosa institución participa generosamente con laUAMen la realización del homenaje conjunto que constituye la exposición y las actividades complementarias de la misma. Es necesario reiterar que el Maestro ha sido formador de muchas generaciones de artistas, diseñadores y estudiosos de la cultura estética que hoy difunden su enseñanza en muchas instituciones educativas y culturales de México, entre las cuales se encuentra laUAM. Ha sido expositor múltiple en reconocidos espacios artísticos nacionales e internacionales, merecedor de varios premios y reconocimientos en diferentes países y es fundador y presidente de la Asociación Mexicana de Grabadores de Investigación Plástica A.C.
Un taller es supuestamente un sitio donde se trabaja una actividad manual. Pero el taller del maestro Alvarado Carreño no es solamente el lugar donde los participantes se aplican creativamente a los oficios de las técnicas de impresión tradicionales, también es un espacio de reflexión, de producción de ideas y propuestas múltiples. La génesis de esta exposición se dio precisamente en la atmósfera del taller, entre obras en proceso, entre los materiales, los instrumentos y el extraordinario acervo gráfico del maestro, que ilustra las teorías y los principios estéticos y artísticos más variados.
Pretendemos que la exposición evoque, aunque sea vagamente, tanto el placer de la sensación de la tinta en las manos como el que se experimenta después ante la imagen que emerge del tórculo, la prensa para imprimir. Que remita al gusto de trabajar con la madera, el cobre o el zinc pulidos, el aromático barniz líquido, las ceras o las resinas de pino aplicadas en caliente en finas capas; el graneado de la piedra y la sabiduría aplicada al juego del agua y la grasa. Materiales poéticos de otra época.
Al taller del maestro Alvarado Carreño asisten un gran número de artistas y diseñadores, practicantes e investigadores plásticos, muchos de ellos amigos suyos, cuyo trabajo definitivamente no es de otra época. Experimentan propuestas contemporáneas con los viejos materiales y métodos de impresión. Los instrumentos como el buril y la punta seca conviven con las nuevas tecnologías como el grabado en lasser. Y en un contexto de enseñanza-aprendizaje recíproco todos descubren nuevas formas de darle un sentido actual a la vida, aquí y ahora, en nuestro propio tiempo. Aunque sus instrucciones no sean tan concretas como las del maestro, todos exponen sus respectivas posiciones filosóficas al observarse trabajar y escuchar lo que cada quien dice sobre su propio trabajo.
En el taller trabajan personas de muchas procedencias socioeconómicas y culturales. Artistas conceptuales, minimalistas, realistas y otros difíciles de caracterizar; muchos dicen que al operar con los viejos procesos de impresión, lentos, minuciosos y hasta engorrosos, les ha ayudado a comprender mejor lo que hacen en sus propios campos : pintura, escultura, diseño y hasta arquitectura. En el taller de laENAP, en el posgrado de San Carlos, la atmósfera y los resultados no son tan diferentes, salvo que están sujetos a los programas curriculares prescritos. El espacio y los alumnos simplemente matizan la docencia del gran maestro que es Alvarado Carreño.
Además de subrayar su carácter celebratorio, el propósito de esta exposición va más allá de la contemplación artística; está dirigido a mostrar didácticamente los viejos procesos de impresión y sus resultados, en espera de que al conocerlos éstos que puedan suscitar nuevas ideas y otras evocaciones inspiradoras. Las tintas, los papeles, los metales, maderas, piedras y otros materiales, los instrumentos que se usan, son la estructura ósea de esta exposición. La carne sobre los huesos la representan los procesos particulares y las expresiones personales o colectivas de los artistas, incluida la obra del maestro.
El éxito de la exposición será completo si pueden revelarse los descubrimientos, logros y dificultades, las alegrías y las penas implicadas en la dirección y el desarrollo de un taller profesional o académico. La exposición representa una especie de paisaje orgánico con los huesos y la carne, la esencia y la materia que han constituido la tradición de la gráfica mexicana.
Deseamos que esta exposición, además de ser una experiencia gozosa, sirva para comprender las técnicas de impresión y el trabajo gráfico de estampación; que estimule el pensamiento sobre la operación del arte, sobre quién lo hace y porqué tiene una importancia primordial en la cultura.
Raúl Hernández Valdés